El edificio del Servicio Extremeño Público de Empleo
transforma una antigua construcción que previamente
ya había sufrido numerosas alteraciones debidas a
diferentes usos en el tiempo, con el objetivo de dotarla
de una imagen propia.
Los fuertes condicionantes urbanos y la normativa
local impedían modificaciones volumétricas del edificio,
por lo que se optó por actuar en la piel para conseguir
un nuevo carácter para el organismo público. Se empleó
para ello un material fenólico de resina autoformada
en color negro combinada con paneles de color amarillo
para adosar la fachada ventilada, solución técnica que
además mejora las condiciones termoacústicas de la
edificación.
En el interior se plantea un espacio singular de
entrada para recibir al usuario. En este vestíbulo la luz
cenital baña una pared inclinada situada junto a la
escalera principal. Es aquí también donde se encuentra
una sala de reuniones abierta al público, un espacio
que ofrece una imagen de disponibilidad y transparencia.