Este edificio, de estilo renacentista, fue construido
en el siglo XVII como residencia de los Bejarano-
Barrantes, familia que en 1626 recibió el marquesado
de Sofraga, título con el que se conoce el
palacio desde entonces. Hoy en día es la sede de
la fundación Obra Pía de los Pizarro. El balcón de
esquina es el elemento ornamental más importante
del palacio.
Ya que el edificio nunca podría ser ampliado
hasta las dimensiones para las que fue trazado en
su origen, la intervención ha intentado ‘completarlo’
de un modo coherente con la racionalidad y la
funcionalidad requeridas. La idea fundamental
consiste en forzar el acceso el carácter a través
del patio trasero, manteniendo el carácter más
privado de la entrada original. En este nuevo vestíbulo
se ha situado el ascensor. Las pasarelas que
comunican ascensor y edificio son las que devuelven
al patio a su dimensión primitiva, cerrado con
un gran paramento transparente. El aspecto exterior
es casi el mismo tras la rehabilitación. Apenas
llama la atención la cornisa que ahora es el remate
de las tres fachadas y el atado de las cabezas de
muros, realizado con hormigón blanco.