Badajoz. Ronda del Pilar, s/n.- 06002
1999 P - 2006 O
El bastión de San Roque forma parte de la antigua defensa de Badajoz, un segmento pentagonal de la muralla Vauban del siglo XVII, sobre el que se construyó una plaza de toros en 1817, destruida por un incendio y donde volvió a levantarse un nuevo coso en 1859. Este emplazamiento, abandonado durante muchos años, es el lugar que hoy en día ocupa el Palacio de Congresos. La inicial dificultad de actuación en este condicionado e histórico entorno se convirtió en la fuerza que puso en movimiento todo el proyecto. Para su conservación en primer lugar se acudió al procedimiento de abarcar todo el ámbito existente rellenando absolutamente el espacio. La compleja operación que consiste en colocar un edificio de estas características en un vacío urbano, y que este lugar continúe vacío, se consigue mediante la inversión de la zona de espectadores: trasladándola al albero, y, a su vez desplazando este espacio abierto a las antiguas gradas, alrededor de los espectadores. Para viable esta operación, se colocan bajo tierra y bajo el bastión el mayor número posible de elementos del programa, dispuestos de manera radial proyectándose al centro. El cuerpo cilíndrico principal se reviste con luz para que desaparezca proyectado sobre los anillos exteriores de poliéster que marcan el incierto límite de un espacio intermedio. Desde dentro la sala principal corresponde a la misma idea del exterior del cilindro, con paredes luminosas del mismo material acrílico, techo traslúcido a modo de cañizo –sobre el que se mueve la sombra del óculo- y suelo del mismo azul oscuro de la plaza y el patio exterior. El edificio busca una forma elemental, repetitiva y abstracta que corresponde en mayor medida a la identidad social que a la decisión personal.