La intervención consiste en la rehabilitación de la Casa
Luis de Morales, una edificación tradicional de dos
alturas construida en torno a un patio, elemento al que
se asignó el papel de organizar los recorridos. El resto
de las dependencias mantienen su configuración original,
y en su adaptación al nuevo uso (que se centró
principalmente en los capítulos de instalaciones y
accesibilidad) sus características tipológicas fueron
plenamente respetadas.
Superpuesto a la medianera del edificio histórico,
recurriendo a grandes superficies aplacadas de piedra
natural y prescindiendo en su fachada de cualquier
hueco que pudiera evocar el carácter residencial de la
zona, el edificio ampliación contiene las comunicaciones
verticales y alberga dependencias museísticas y una
sala de usos múltiples. Esta pieza se halla en contacto
con la plaza pública que surge sobre el aparcamiento
subterráneo, creando un espacio abierto que funciona
como antesala y extensión del museo. En ella se establecen
cuatro zonas de diferente condición, diferenciadas
también por el empleo de los materiales y el mobiliario
urbano.