Este bloque, de diez viviendas, cinco apartamentos, locales comerciales y garajes, sustituye un antiguo chalet construido por el padre del arquitecto, Luis Morillo. Equipadas con calefacción, aire acondicionado central y agua refrigerada en verano, las viviendas, de 220 a 250 m2, se destinan a familias de alto poder adquisitivo.
La estructura es de hormigón así como los muros de cerramiento que son prefabricados. En el diseño de la fachada, abundan los vuelos al exterior, entrantes y salientes que dan sombra y protegen la intimidad de las habitaciones. El juego de llenos y vacíos y la falta de simetrías dan un gran atractivo al muro.