Con el fin de ofrecer a los habitantes de esta pedanía
de Badajoz una atención médica primaria acorde con
su crecimiento demográfico se construyó este centro
de salud en un pequeño solar de la población, junto
a la iglesia y al ayuntamiento.
Conservando la escala doméstica de su contexto
residencial, el sencillo programa (apenas tres salas
de consulta) determina por completo la respuesta
geometrica de este edificio exento que, retomando
algunas de las características de las construcciones
de su entorno, elude una imagen compacta para favorecer
un diálogo formal con otras edificaciones
próximas. Así, la volumetría se fragmenta y las piezas
resultantes se giran en abanico, buscando la luz adecuada
a través de los lucernarios verticales que caracterizan
la construcción. Las lamas que cierran todos
los vanos protegen el edificio a la vez que subrayan la
horizontalidad, dando continuidad a sus paramentos
prácticamente ciegos y potenciando la alternancia de
luces y sombras que el edificio propone. Una suave
rampa de ladrillo conduce hasta la caja acristalada
que contrasta con el revoco blanco para formar un
pequeño volumen de acceso.