El Convento de San Juan de Dios de Olivenza,
construido entre los años 1556 y 1631, fue destrozado
en gran medida por las guerras que se libraron
en esta zona fronteriza, además de por su
posterior abandono entre los siglos XIX y XX.
El proyecto recupera en la medida de lo posible
el estado del convento previo a la construcción de
la estructura defensiva, con el propósito de recuperar
los espacios exteriores e incorporarlos, tanto
a la actividad del edificio, como al paseo público
del baluarte.
Para garantizar su estabilidad, el baluarte ha
sido consolidado respetando la geometría original.
También se han conservado y recuperado los
elementos singulares como las garitas, el paseo y
el baluarte interior con su galería perimetral, para
reforzar el uso de esta estructura militar histórica
con un programa cultural y gastronómico.
La planta baja del convento contiene el programa
del centro de visitantes. Para su construcción se
han respetado las trazas originales, y se ha procurado
una conexión directa con el espacio del claustro
central y el área entre el convento y el baluarte.