Fuera de las murallas de la ciudad romana, en una
parcela triangular próxima a la carretera, se levanta
este pequeño centro especializado, de planta libre y
desarrollo horizontal. Aglutinando dos volúmenes paralelos
bajo una misma cubierta, el conjunto se basa
en la simplicidad y en la temporalidad como argumentos
proyectuales: un edificio mueble que se vincula con
las ruinas existentes a través de su escala y sus materiales.
Con el fin de causar el menor impacto sobre el
entorno, el edificio se levantó sobre una cimentación
superficial que permite su desmantelamiento sin provocar
daños irreparables en las excavaciones.
La caja de mayor tamaño, revestida de paneles de
granito y madera baquelizada, está dedicada a espacios
expositivos, mientras que la menor acoge el programa
de servicios y apoyo. El espacio exterior cubierto se
destina a circulación y estancia, y el desnivel que
presenta el solar se aprovecha para albergar las instalaciones.
El vallado del recinto, que incluye un aparcamiento
y zonas ajardinadas, se ha realizado con mampostería
de granito sin mortero, de manera similar a las
cercas de las fincas próximas.