En el marco del proyecto de ejecución de un edificio
de 30 viviendas, el Ático Nube desarrolla una
de ellas para un cliente particular. El proyecto es
un ejercicio de flexibilidad. Un mueble contenedor
articula el espacio y lo divide en tres partes: estar-
comedor, cocina y la zona más privada. Este
mueble resuelve todo el almacenaje de la vivienda
y además incorpora en su interior los aparatos
sanitarios. El baño sólo aparece cuando se va a
hacer uso de alguno de ellos.
La cama también explora la idea de flexibilidad.
Es un cubo que queda suspendido en el aire y que
puede desplazarse en una dirección. A medida
que se mueve, libera una biblioteca o una zona de
bañera al tiempo que permite a sus usuarios dormir
en la zona del dormitorio o suspendidos sobre
el salón. Desde esta posición puede disfrutarse
de unas atractivas vistas lejanas a través del cierre
de la terraza. En este proyecto la suma de las
partes puede ser más que el conjunto. El espacio
interior se transforma en función del uso que se
quiera hacer de él.